En un mundo donde cada vez más personas apostaban por monetizar su talento —ya fuera sensual, artístico o provocativo—, el mercado chileno estaba sediento de una alternativa más justa, más cercana y, por qué no decirlo, más propia con Arsmate.
La pandemia no hizo más que acelerar esta necesidad: miles de personas vieron en el contenido digital una forma de independencia económica. Pero seguíamos dependiendo de plataformas hechas para otros mercados, con lógicas que muchas veces ignoraban nuestras realidades.
El surgimiento de Arsmate y su revolución silenciosa
En 2019, como quien lanza una botella al mar pero con puntería de francotirador, nace Arsmate, una plataforma chilena que entendió de inmediato la jugada: no se trataba solo de dar espacio al contenido adulto, sino de empoderar realmente a los creadores.
Arsmate rompió los esquemas conocidos: ofrece a los creadores quedarse con hasta un 90% de sus ganancias, pagar en dólares y retirar sus ingresos de forma rápida y simple. Aquí, los creadores ponen sus propias reglas: eligen el precio de suscripciones, definen el tipo de contenido que desean compartir (desde fotos y videos hasta transmisiones en vivo) y manejan directamente su comunidad de fans.
¿El resultado? Un verdadero boom. Hoy Arsmate supera los 2,5 millones de suscriptores y cuenta con casi 100.000 creadores registrados, consolidándose como la plataforma de contenido exclusivo número uno en Chile.
Algunos de sus usuarios más destacados, como la ex Miss Chile Camila Recabarren o la actriz y comediante Natalia Cuevas, han abierto el camino para que otras figuras públicas y profesionales de todo tipo exploren esta nueva forma de ingresos.
Y, entre esa comunidad vibrante, emergen historias como la de Carolina, más conocida como Cougarchile (ver perfil).
Caso de éxito: Cougarchile, la sensualidad hecha rutina
A sus 38 años, Carolina decidió romper con los estereotipos y mostrar al mundo que la sensualidad no tiene fecha de vencimiento. Bajo el apodo Cougarchile, creó un concepto de contenido que más que fotos explícitas, ofrece una especie de reality diario: sus seguidores la acompañan —de forma elegante y sugerente— desde que sale de casa, pasa por su oficina y vuelve a casa.
Para Carolina, el éxito en Arsmate radica en ser auténtica, no en caer en lo grotesco. «No es necesario mostrar más de la cuenta para ser sexy», comenta. Su apuesta es construir una imagen de mujer real, profesional, seductora pero nunca vulgar.
Y el público la respalda: ya supera los 1.000 seguidores fieles que valoran su estilo único y su constancia. Publica contenido diario que mezcla sensualidad, lifestyle y la cotidianeidad de una mujer chilena de verdad. Una receta simple, genuina y poderosa.
Más allá del boom, el desafío de crecer con inteligencia
Claro, no todo ha sido una pasarela de luces de neón. Con el crecimiento llegaron también los desafíos: la fiscalización del Servicio de Impuestos Internos (SII) puso el foco sobre los ingresos generados por los creadores en Arsmate. Muchos, sin educación tributaria previa, enfrentaron multas y sanciones.
Hoy tanto la plataforma como asesores independientes trabajan en educar a los usuarios en temas tributarios y financieros, porque la verdadera independencia no es solo ganar dinero: es saber gestionarlo.
Mirando al futuro, Arsmate tiene planes ambiciosos: expandirse internacionalmente, fortalecer su comunidad en Latinoamérica y seguir innovando en herramientas para creadores, incluyendo ventas de productos digitales y eventos híbridos.
En un mercado donde el cambio es la única constante, Arsmate apuesta por liderar desde la autenticidad, la justicia económica y la libertad creativa.
En definitiva, el contenido exclusivo en Chile ya no necesita visa para triunfar. Gracias a Arsmate, se ha convertido en un pasaporte directo a la independencia.